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Nevado de Huascarán

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¿Cómo se ha desarrollado la Expedición?

Cinco días intensos en el Huascarán: frío, avalanchas, cansancio, grietas, son algunos de los factores que impidieron que esta vez lleguemos a la Cumbre, pero las montañas son eternas y los hombres somos pasajeros. Volveremos!!!.  

Una característica que destaca a los líderes es la capacidad de reconocer cuándo insistir y cuándo detenerse para aprender y tomar fuerza.  Eso fue lo que vivimos en el reto Rumbo al Huascarán que lo hicimos del 13 al 17 de Agosto del 2021 junto a amigos y aventureros, una gran experiencia que nos recordó nuestros límites y la imperante necesidad que tenemos para ser cada día mejores y volver a conquistar nuestras metas, en este caso la cumbre del Huascarán. 

Cumplimos el plan y la estrategia que previamente diseñamos para conquistar la cima, que consistió básicamente en hacer el trekking 7.68 km de aproximación el primer día cargando todas las cosas necesarias hasta el campamento que lo armamos junto al refugio Don Bosco que está a 4700 metros de altitud.

 

El segundo día hicimos un porteo de material con una distancia de 1.21 km donde  dejamos un depósito en la entrada del glaciar y la estrategia era subir de un solo tirón desde el refugio al campo dos, super ligeros, pero el plan falló por la inclemencia del clima.

Ante ese primer obstáculo decidimos esperar un día más y el tercer día lo volvimos a intentar. Ascendimos hasta nuestro depósito en donde recogimos todo y montamos el campo a unos a 5.360 metros de altitud.  La madrugada del cuarto día recogimos todo y ascendimos por la ruta escogida “La garganta” por donde nos encontramos con canaletas de hielo, tramos de grietas y paredes de hielo.  Atravesar fue duro, técnico y peligroso, pero gracias a ello conseguimos montar nuestro campo dos a 5.850 metros de altitud. 

Las horas de frío que soportamos en el campamento esta vez fueron diferentes, porque me invitaron a hacer una pausa para meditar, observar y reflexionar. ¿Qué estoy haciendo aquí?, ¿Por qué o para qué hago esto? ¿Qué estoy haciendo en Ecuador con las personas que hacen montaña?. Preguntas que fueron respondidas ese mismo momento con la experiencia. 

Es así que cada día tengo más claro mi objetivo, educar y crear en las personas una cultura de seguridad en el montañismo.  Hay que tener en cuenta que ascender montañas es fácil para cualquier persona que busca una foto o una aventura de fin de semana, pero crear una cultura de montañismo es otro tema. 

 

Descansamos todo el día, casi no comimos, hasta la una de la mañana cuando nos preparamos para salir a la cumbre a luchar por esos últimos 880 metros.  Nuestro amigo Carlos Loly nos preparó té caliente. Ya en el día del ascenso junto a Aldo nos unimos para buscar un paso seguro a la cumbre, pero las avalanchas, grietas y paredes nos vencieron.  No conseguimos encontrar un paso seguro, toda la ruta estaba descompuesta y súper peligrosa. Fue ahí cuando miré a mi compañero y con los ojos húmedos le dije es hora de volver, las montañas son eternas, los hombres somos pasajeros.  Nos abrazamos y descendimos, llegamos a la seguridad de la carpa y luego de descansar tres horas iniciamos el descenso montando estacas y cuerdas dobles para los rapeles de regreso. 

Conseguimos descender la montaña sin novedades, muy cansados porque tuvimos que bajar todo lo que subimos. Así termino nuestro intento por conquistar el Huascarán. 

Rumbo al Huascarán es un proyecto que busca motivar a todos nuestros seguidores, ante las circunstancias que vivimos. En esta ocasión tuve la grata compañía de Aldo Cepeda.

 

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